Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), alrededor de 1.500 millones de personas a nivel mundial experimentan algún grado de pérdida auditiva, es decir, el 21,5 % de la población.
Existen diversas formas asociadas a este problema que, aunque parezca al leve, puede repercutir en la pérdida de audición y causar grandes molestias en la salud y la vida cotidiana de las personas.
Causas genéticas, complicaciones en el parto, enfermedades infecciosas, otitis crónicas, exposición a sonidos fuertes, uso de medicamentos o simplemente el envejecimiento son algunas causas asociadas.
La entidad de investigación sin ánimo de lucro de Mayo Clinic publicó un listado de algunos trastornos relacionados como presión arterial alta, ateroesclerosis a diabetes, la tiroides, la migraña, la anemia, la artritis o el lupus, o tumores de cabeza y cuello que generan dolor fuerte de odio.
A todas las anteriores sumémosle que los zumbidos y dolor de oído serían otras de las secuelas del COVID en pacientes recuperados, pues se estima que alrededor de 7.6 por ciento del total de pacientes con covid-19 reportaron algún grado de pérdida auditiva.
Con el virus en el cuerpo, se genera una reacción inflamatoria en la vía aérea superior que comprende boca, nariz, la cavidad nasal, la faringe y la laringe, que puede cerrar la comunicación entre el oído medio y la parte posterior de la nariz.
Si nos fijamos bien, nuestros oídos están muy expuestos, y muchas enfermedades se relacionan con este órgano, prestemos más atención al cuidado que le damos, debemos estar pendientes a los signos de alarma y acudir al médico para un chequeo.
