Trump calificó a Putin como un “genio” por su estrategia de invasión. Aunque no le faltó imprudencia, Trump advirtió que el movimiento de Putin expuso la descoordinación de la OTAN.
Cerca de un día se demoró el frente para aceptar que Putin de hecho estaba invadiendo a Ucrania después de haber enviado tropas de pacificación a regiones fronterizas que recientemente habían declarado su independencia.
La incursión de tropas rusas a Ucrania fue vista con ambigüedad. Occidente, mientras tanto, decidió emprender la vía diplomática hasta el último momento, una ingenuidad que Putin aprovechó para mantener a la OTAN confundida sobre sus intenciones reales.
Pero lo hecho, hecho está. La hostilidad de Putin da cuenta de sus deseos de aprovechar el vacío de liderazgo que Estados Unidos dejó en Europa, y la falta de unidad entre los miembros de la OTAN.
Las sanciones económicas contra los miembros cercanos a Putin, al gobierno y a otras personalidades de las finanzas y los medios buscan castigar, pero no quita el hecho de que Putin actuó a sabiendas de las consecuencias.
Por este motivo, la invasión a Ucrania marca el comienza de una etapa de continuo conflicto entre Rusia y Occidente, uno que no se veía desde la caída de la Unión Soviética.
La Guerra Fría, formalmente, se calentó de nuevo.
El conflicto, por el momento, parece no tocar a los estadounidenses, como tampoco lo han hecho los conflictos de Oriente Medio en Irak o Siria.
Sin embargo, las sanciones económicas a Rusia podrían rebotar para mal en Estados Unidos. Un incremento de la gasolina es una de esas consecuencias que pronto podrían comenzar a impactar al país.
Mientras tanto, esperamos que la pérdida humana, y especialmente de civiles, no haga de este episodio un acontecimiento más trágico para la historia.
