Los padres en Ohio deben tener cuidado con las ausencias escolares de sus hijos. Lo que muchos no saben es que la ley estatal puede llevarlos hasta la cárcel si permiten que sus niños falten demasiado a clases.
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La legislación de Ohio obliga a todos los menores entre 6 y 18 años a asistir a la escuela por un número mínimo de horas. Para los estudiantes de primero a sexto grado, son 910 horas anuales. Los de séptimo a doceavo necesitan 1,001 horas como mínimo.
El problema comienza cuando un estudiante pierde 30 horas consecutivas de clase, que equivale aproximadamente a cinco días. También se considera problemático perder 42 horas en un solo mes o 72 horas durante todo el año escolar.
Una vez que se cruzan estos límites, las consecuencias son inmediatas.
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La escuela debe avisar por escrito a los padres dentro de una semana. Después se arma un equipo especial que crea un plan de intervención. Los padres tienen exactamente 60 días para cumplir con este plan, porque al día 61 el caso va directo a la corte juvenil.
¿Cuáles son las consecuencias?
Las multas pueden llegar hasta $1,000 y los padres pueden terminar en prisión por hasta 180 días.
Además, los obligan a tomar clases de crianza, hacer servicio comunitario, y en casos severos, los servicios de protección infantil pueden quitarles a sus hijos.
Los estudiantes tampoco se salvan. Pueden recibir probatoria, multas, programas educativos especiales, e incluso perder su licencia de conducir antes de cumplir la mayoría de edad.
Por supuesto, no todas las ausencias cuentan igual.
Las enfermedades, muertes familiares, citas médicas, días religiosos y emergencias aprobadas por el director generalmente se consideran justificadas.
La clave está en mantener comunicación constante con la escuela y entender que, aunque los padres tienen cierto control sobre las ausencias de sus hijos, existen límites legales muy claros que no se pueden ignorar.
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