En Estados Unidos, los tiroteos han dejado una marca dolorosa en la comunidad hispana, y entender cómo esto afecta a las familias y a la sociedad en general es fundamental.
No solo enfrentan un aumento en las cifras de muertes por esta causa, sino que también son objeto de los esfuerzos de la industria armamentística para atraerlos como nuevos compradores.
En la última década, hemos sido testigos de un aumento alarmante en las muertes de hispanos debido a tiroteos, según el Violence Policy Center (VPC).
Las cifras son contundentes: en 2021, se registraron 5,741 muertes, casi el doble de las 2,947 de hace diez años.
Esta realidad impacta de manera desproporcionada a los latinos, quienes tienen más probabilidades de ser víctimas de homicidios con armas de fuego en comparación con los blancos.
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¿Por qué aumentó el impacto de los tiroteos a los hispanos en Estados Unidos?
Una razón clave es la creciente atención de la industria armamentística hacia los latinos como nuevos compradores.
Con la disminución de su base tradicional de clientes, la industria ha dirigido sus esfuerzos hacia la comunidad latina.
Utilizando tácticas que van desde el miedo hasta la desinformación.
Esta estrategia crea un círculo vicioso, más armas en manos de la población aumentan la oferta y, a su vez, generan la percepción de una necesidad creciente.
La violencia policial también contribuye a este problema, generando una peligrosa “carrera armamentística” entre la población civil y las fuerzas del orden.
Históricamente, el movimiento proarmas ha tratado de “demonizar” a las comunidades afroamericanas y latinas.
Y ahora busca atraerlas para mantener sus ventas, según el fundador del VPC, Josh Sugarmann.
Esta situación crea un dilema para los latinos, quienes, según Michelle Monterrosa, coordinadora de Crime Survivors for Safety and Justice, sienten que están en un “limbo” que a menudo no los reconoce como víctimas.
La falta de rendición de cuentas en casos de violencia policial agrega otra capa de complejidad a este problema.
Aunque algunos ven en la administración actual una oportunidad para el cambio, con la creación de la primera oficina federal para prevenir la violencia armada, la comunidad latina espera más acciones concretas.
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