En los últimos años, hablar de salud mental se ha convertido en una prioridad al reconocer que las enfermedades mentales son una condición común para una parte grande de la población.
Esto ha llevado a la búsqueda de recursos y tratamientos que ayudan a las personas a tener una mejor salud mental. La comunidad latina no es una excepción a esto.
No obstante, por cuestiones sociales y culturales, las personas hispanas tienen más dificultades para obtener auxilio en este campo.
Dentro de las causas de esta disparidad en la salud mental está la falta de acceso a tratamiento profesional.
Según National Alliance on Mental Illness “35,1% de los adultos hispanos con enfermedades mentales reciben tratamiento cada año en comparación con el promedio de USA de 46,2 %”.
Lo que demuestra que definitivamente hay una diferencia considerable en comparación con otras comunidades en el país.
Especialmente teniendo en cuenta que “17% de los hispanos en USA viven en la pobreza”, cosa que complica aún más el acceso a un seguro médico que les brinde ayuda psicológica.
Irónicamente, son las mismas personas con mayor necesidad económica quienes son más propensas a padecer alguna enfermedad mental.
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Asimismo, la diferencia de idioma también es un factor que dificulta la salud mental para los latinos.
Y no necesariamente porque la persona no sepa hablar inglés, sino porque es difícil expresar algunas ideas con precisión en un segundo lenguaje.
En ocasiones, existen palabras que ni siquiera tienen una traducción al inglés, por lo que la comunicación no siempre es efectiva.
Y las diferencias culturales tampoco ayudan a la situación, pues en muchos lugares de América Latina la salud mental es un tema tabú.
Es normal escuchar que alguien “sufre de los nervios”, pero ya es grave mencionar la palabra depresión o trastorno de ansiedad.
Hay una tendencia a no hablar de los problemas por temor a ser juzgados o porque sienten vergüenza.
Esto sin tener en cuenta que esa misma identidad latina de la persona puede ser motivo de discriminación o racismo en el país, eso agrega otra carga a la salud mental.
Afortunadamente, personas como la Doctora en psicología Angie Vredeveld son más sensibles a esta realidad y buscan acortar la brecha de salud.
“En algunas ocasiones, cuando las personas tienen preocupaciones sobre su salud mental y nunca le habían hablado de eso a nadie, les doy información sobre este tema. Sobre cómo se trata la depresión en USA, a quien puedes llamar alguien si quiere tratamiento. Les proveo información básica de cómo tener tratamiento si así lo desean”.
La Dra. Angie está a cargo de Immigration Psychology Services, un lugar que ofrece evaluaciones psicológicas para refugiados e inmigrantes que necesitan proteger o cambiar su estatus migratorio.
Es una de las organizaciones especializadas en salud mental para ayudar a minorías en Ohio.
Son esta clase de servicios los que hacen que el tratamiento y opciones de salud mental sean más accesibles a la comunidad latina.
